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miércoles, 22 de agosto de 2012

NO ES TIEMPO PERDIDO

SIEMPRE PASA ALGO INESPERADO


ESTABA TRISTE Y DEPRIMIDA POR QUE SENTI QUE TODO SE ME APAGABA Y SE ME IVA DESVANECIENDO...
Como parar esta emoción...

No viniste… no… Yo te esperé y cada hora que pasaba me convencía de que estabas más cerca, pero nunca llegaste.
Pensaba en marcharme “ya no vendrá” pero no podía, no quería pensar que me habías abandonado, que te habías olvidado de mí.
Finalmente la noche cayó, y no podía aguardar más por ti.
Comencé a caminar, las lágrimas resbalaban por mis mejillas, mis pies casi caminaban solos hacia casa, caminaba rápido, pero no quería llegar.
Me senté en el portal. La puerta se abrió y alguien se sentó a mi lado. Yo no levanté la vista del suelo.
“Hola” pronunció una voz masculina finalmente.
Yo no contesté.
“No deberías llorar, estas mucho mejor cuando sonríes”
Solo entonces levanté la vista hacia el muchacho que me sonreía amablemente.
“¿Te conozco?” pregunté fríamente.
“Soy Marcos, jugábamos de pequeños abajo, en el parque”
Entonces la imagen de un niño pelirrojo y risueño, un par de años mayor que me columpiaba y compartía conmigo cada tarde vino a mi mente. El recuerdo de todos aquellos años, antes de conocerte, volvió de repente, desterrándote para siempre de mis pensamientos.
“Marcos” repetí en voz baja como despertando de un largo letargo en el cual tus falsas promesas me habían sumido.
“Estas bien” preguntó algo extrañado.
Asentí con la cabeza.
“Nos veremos ¿verdad?”

Quizá nos veríamos de nuevo, quizá no… pero en aquel momento aprendí una gran lección, la gran lección de olvidarte. Tu no me querías, o al menos no lo hacías como a mi me gustaría así que si no pensaba perder más tiempo contigo, no pensaba dedicarte un sueño más, un suspiro más, nada. Viviría mi vida, conmigo, sin ti. Y quizá la tristeza o la melancolía me acompañarían durante algún tiempo pero se pasaría, sabía que tenía amigos y amor y que junto a ellos, junto a mi familia, junto a la gente que realmente me quiere podría superar cualquier problema que la vida interpusiera en mi camino.
...que aceleró hasta el ultimo golpe de mi CORAZÓN
 
Jamás pienses que pierdes el tiempo, ya que solo lo pierdes realmente cuando te preocupas en no perderlo...

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