Pretexto de náufrago
Y
si después de todo
alguien se animara a leer estos
versos
¿qué encontraría en el fondo de estas letras?
acaso un vaso de agua con
estrellas,
un
río de luces perdido en tus pupilas,
o
un delirio de flechas sobre el campo verde.
Pudiera ser que alguien con la paciencia de un
gato
sobreviva a la esperanza de encontrar un
ángel
salpicado de purezas y visiones
celestiales,
(acaso pretenda una promesa de diamantes para sus manos
tersas),
o
un arco iris de miel donde su boca se esconde.
Sin embargo, si se afina de tacto y de oídos,
si
rebusca en el sinuoso recodo de la tinta apenas develada,
si
contiene respirar en los raudales de estas rayas
somnolientas,
puede ser que atisbe estos fonemas, estos auxilios, estos
cascajos, en fin,
solo arena de palabras
encalladas.
Amigos, eso es todo,
acá no hay más tesoro que un pretexto
ardiendo,
una excusa para quemar el corazón de
todos,
porque un día, a pesar de nosotros, un día todos seremos
uno.
“En un círculo se confunden el principio y el fin”.
Heráclito (Fr. 103)
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